Hay que ser bien choro pa` aguantar ese frío que te cala hasta el alma, pa` esquivar las estocadas que te da este puerto y sobrevivir las noches torrantiando.
Hay que ser bien choro para bancarsela solo, aunque a veces un buen amigo y confidente no esta de más. Discreto y aperrado que no pregunte mucho, abrigue por las noches y en más de alguna ocasión pegue la salvá entre mordiscos y ladridos.
No tengo más de lo que llevo puesto, tampoco necesito más; sin embargo acarreo más historias que migas en los bolsillo de mi abrigo, no me hace falta mucho, tan solo una monea que me auspicie el medio pato, el batio`con mortadela o un buen plato de porotos con riendas.
De mi pasado, prefiero no recordar, suficientes penurias tengo en el día a día...
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